Fue a finales de 2015 y de casualidad que me encontré con la primera edición de los Premios Vlooger. Leí por encima las condiciones y decidí inscribir el canal de Youtube ‘Sé que puedo volar’ que, aun siendo un proyecto muy joven y que no llegaba al año, ya tenía un progreso evidente con más de 12 kilos perdidos y mejoras notables en lo que a habilidades se refiere.

Pedí la votación en mis canales y redes sociales y la respuesta fue abrumadora: los votos se sumaban por miles y rápidamente este humilde canal se hizo un lugar entre los tres finalistas, así que fuimos a Madrid a la gala de entrega de premios, donde pasamos una jornada de lujo entre el resto de finalistas.

En esta ocasión no conseguimos llevarnos el premio pero tenemos 365 días para seguir trabajando duro y quién sabe si el año que viene….

Un abrazo y muchísimas gracias por vuestra implicación.