de izquierda a derecha: Demar DeRozan de los Toronto Raptors, Paul George de los Oaklahoma City Thunder, Karl-Anthony Towns de los Minnesota Timberwolves
Anunciada ya en junio de 2015, la colaboración de Nike con la NBA empieza con la temporada 2017-18. Nike y la NBA comparten información detallada sobre cómo un equipo de diseñadores, ingenieros, jugadores profesionales y científicos deportivos de Nike trabajaron juntos para desarrollar la camiseta y los shorts más técnicamente avanzados de la liga.
Hace veinte años, el baloncesto era más físico. Iba de sujetar y agarrar. El juego era más lento y más metódico. Pero después las reglas cambiaron. Los cambios sobre la defensa ilegal (derivados de la desraglamentación de la defensa en zona) y menos permisividad a la hora de atacar lejos del aro (handchecking) implicaron que el juego se hiciera más rápido y más fluido. Por el camino, los jugadores se han ido adaptando haciéndose increíblemente versátiles y tomando decisiones más rápidas. Los equipos jugaban con alineaciones de menor estatura, y los ataques abiertos antes exclusivos de algunas franquicias se han convertido en el nuevo punto de referencia. «Desde cómo se mueven los atletas hasta las posiciones en las que juegan, pasando por sus constituciones corporales, hoy es completamente diferente de lo que era cinco o diez años atrás», dice Kurt Parker, vicepresidente de Nike Apparel Design. «Por eso queríamos evolucionar espectacularmente tanto el rendimiento como la imagen de los uniformes».
Esta misión era la prioridad al establecerse la colaboración entre Nike y la NBA, en junio de 2015. Los diseñadores de Nike inmediatamente se pusieron a trabajar para diseñar el nuevo uniforme con el objetivo de minimizar las distracciones para mantener a los atletas frescos, secos y completamente móviles, todo ello con una imagen actualizada más elegante. Con su bagaje de 25 años de conocimientos institucionales, se plantearon sacar partido de una ocasión que se presenta sólo una vez cada cuatro años para conocer la opinión de los mejores atletas del mundo: los Juegos Olímpicos de Río.
Allí los jugadores llevaron por primera vez los uniformes Vapor de Nike, con camisetas y shorts de punto de alto rendimiento fabricados con la tecnología AeroSwift de Nike. El kit fue el más avanzado de Nike para baloncesto hasta la fecha. «Sin embargo, sólo era nuestro punto de partida», dice Parker. «Para prepararnos para la NBA tuvimos que revisar cada parte de ese uniforme, y lo hemos cambiado prácticamente todo desde Río».
Los ingenieros y diseñadores de Nike centraron su revisión en tres áreas: movimiento, termorregulación y ajuste. En términos de movimiento, investigadores deportivos independientes recopilaron datos que mostraron que ningún atleta requiere tanta diversidad de movimientos como un jugador de baloncesto. Durante un partido normal, un jugador puede correr más de 6 km, con sprints a toda velocidad que duran aproximadamente 1,6 segundos. Un atleta puede dar cambios de dirección cada dos segundos, totalizando 1.000 de ellos por partido. Algunos saltan hasta 42 veces, con un tiempo promedio de despegue de 0,16 segundos. «El baloncesto es un juego de transición más que cualquier otro deporte», dice Parker. «Un jugador pasará de sentarse en el banquillo a la velocidad máxima de sprint, además de saltar tan alto como pueda, en cuestión de segundos».
Para averiguar exactamente cómo crear un uniforme para correr, cortar y saltar para cualquier jugador, así como para recopilar información sobre la regulación de la temperatura, el equipo invirtió innumerables horas de rigurosas pruebas, desde pruebas de resistencia al enganche y rotura hasta de formación de pelusilla y bolitas y pruebas de lavado, así como mapeados, un proceso que implica hacer un escáner corporal digital para evaluar las zonas de sudor, las zonas de contacto, y dónde necesitan los jugadores de baloncesto una gama completa de movimientos. «Ya habíamos utilizado antes el mapeado, pero esta es la primera vez que lo hemos hecho específicamente para los tipos de constitución corporal atlética de la NBA», dice Parker.
Los diseñadores superpusieron los tres mapeados para entender cómo diseñar un uniforme en tres dimensiones. Por ejemplo, los mapas indicaron que el pecho produce sudor y es una zona de adherencia. «Se ven chicos intentando constantemente despegarse las camisetas del pecho, LeBron siempre está haciéndolo», explica Parker. «Así que nos dimos cuenta de que necesitábamos encontrar una manera de que la camiseta transpire el sudor sin ser ni demasiado ancha ni demasiado ajustada».
Puesto que el equipo estaba trabajando con un tejido de punto de ingeniería, pudo programar la estructura tejida para crear una zona tridimensional que permite que el aire fluya a través suyo, y colocó en ella minúsculos nodos para ayudar a evitar que se pegue a la piel.
La parte delantera de la camiseta tiene una fibra texturizada dimensional que se despega de la piel para ayudar a reducir la adherencia y aumentar la transpirabilidad. La espalda de la camiseta utiliza una fibra texturizada de ingeniería de malla abierta ligeramente diferente que aumenta la transpirabilidad y el flujo de aire.
«La temperatura es brutal», dice el dos veces MVP Steve Nash de la NBA.
«Cuando una tela respira más y absorbe mejor el sudor puedes mantenerte caliente, pero no demasiado, en la cancha». En este caso, al ayudar a mejorar el control de la temperatura los mapas también encontraron una solución para la forma en que se siente la camiseta. «Habitualmente el resultado del partido se decide en los últimos cinco minutos, así que lo último que quieres es pasarte ese tiempo peleándote con tu camiseta», dice Parker.
De forma parecida, los diseñadores modificaron el uniforme en base a la información sobre el rango de movimiento obtenida de los mapas, incluyendo la filigrana de la espalda de la camiseta alrededor del hombro (en lugar de utilizar el diseño de nervio continuo que se había estado usando desde siempre) y cambiando la rejilla de movimiento del short hacia delante de forma que, cuando un jugador hace un corte o está defendiendo, se abra por un punto que les permita moverse con mayor libertad. «Normalmente, los jugadores usaban tallas grandes para obtener más rango de movimiento de sus uniformes», dice Parker. «Pero gracias a estos mapas, hemos podido simplificar el ajuste adaptando los uniformes a sus necesidades, lo que ha dado como resultado el uniforme más ligero de la historia de la NBA”.
Para poner el diseño a prueba y reunir información sobre cómo se sienten los atletas con los uniformes, varios equipos de la NBA, entre ellos el Jazz, los Mavericks y los Blazers, además de varios equipos universitarios, probaron los uniformes. «Entrenaron con los uniformes e inmediatamente compartieron sus opiniones con diseñadores y jefes de producto sobre cosas como de qué ancho preferían el cinturón o el agujero del brazo, qué longitud debía tener el short, y cosas así», dice Parker.
Jayson Tatum de los Boston Celtics con la nueva camiseta y los shorts (que son más cortos y ajustados que los anteriores).
El proceso era un bucle: Nike investigaba y hacía una versión del uniforme, los atletas lo llevaban para entrenar durante aproximadamente una semana, daban sus opiniones para refinar el uniforme y crear una nueva silueta que después probarían los mismos jugadores, y así sucesivamente durante aproximadamente un año.
Otra clave para probar el desgaste fue resolver la diversidad de los tipos de constitución corporal de los jugadores. El uniforme tenía que ser versátil y tener un estilo que sentara bien a cualquier atleta, pero también queríamos que cada jugador sintiera que el uniforme se había hecho especialmente para él. «Estos chicos son de talla superhumana, así que tienes que hacer algo que funcione para KD, que mide 2,10 m y pesa 109 kg, para LeBron, 2,07 m y 113 kg, Isaiah Thomas, 1,79 m y 84 kg, y todos los que están entre estas medidas y pesos”, dice Parker.
El estilo era también algo a tener en cuenta. Después de todo, la liga abarca desde los rookies de 19 años hasta los veteranos de 40, y cada uno de ellos tiene su propia opinión personal sobre el ajuste y el tacto. «Vimos que los mayores tienden más a querer un uniforme más grande, más holgado, pero los más jóvenes están mucho más abiertos a acortar los calzones y estilizar la camiseta».
Pero más allá de los detalles funcionales y de estilo, los atletas indicaron que era importante para ellos hacer referencia a su conexión emocional con los equipos en los uniformes. «Cuando llegas a profesional, y Kyrie nos habló mucho de esto, es como ingresar en una hermandad de élite», dice Parker. «Se sienten orgullosos de ello.» Ese sentimiento puede potencialmente aumentar su rendimiento. «Si se ven bien, se sienten bien y juegan bien», dice Parker.
Los uniformes Association Edition e Icon Edition de la NBA de Nike se lanzarán a partir del 29 de septiembre en nike.com/nba. El uniforme Statement Edition de la NBA de Nike estará disponible a partir del 20 de noviembre en nike.com/nba.